La tomografía axial computarizada (TAC) es una técnica de diagnóstico por imagen que permite obtener distintas imágenes del interior del organismo. Durante este procedimiento, se utiliza una máquina especial de rayos X para generar “fotografías” de tejidos, órganos y sistemas desde distintos ángulos, para luego ser combinadas por un ordenador en imágenes tridimensionales detalladas.

Una ventaja importante del TAC con respecto a otras técnicas de diagnóstico por imagen es que puede obtener imágenes de huesos, tejidos blandos y vasos sanguíneos al mismo tiempo. Las imágenes obtenidas también tienen una calidad mucho mayor que las de una radiografía tradicional. 

La exploración tradicional por tomografía computarizada no requiere una preparación demasiado extensa. Se recomienda acudir en ropa cómoda y holgada fácil de quitar, además de deshacerse de todo elemento metálico y complemento estético antes de la realización del estudio.

La preparación puede variar si se requiere la administración de un medio de contraste. En estos casos, se recomienda guardar un ayuno de 4 a 6 horas y especificarle al profesional en salud si se han presentado reacciones adversas al contraste con anterioridad. 

Para cualquier examen de este tipo que implique exposición directa de la parte inferior del abdomen, es necesario comunicar si se es mujer y se está embarazada. La probabilidad de que la radiación ionizante del procedimiento dañe al feto es muy baja, pero hay que tenerla en cuenta. Solo se recomienda realizar un TAC durante el embarazo si el médico conoce el cuadro clínico de la paciente y establece que los beneficios son mayores que los riesgos.

Para realizar este estudio, el paciente debe tumbarse en una camilla, la cual se moverá a través de una máquina en forma de donut para la correcta obtención de imágenes. Cuando está en la posición adecuada, el haz de rayos X de la máquina rotará a su alrededor. Es importante mantenerse quieto durante todo el procedimiento para que los resultados no se observen borrosos. Este estudio no causa dolor y tiene una duración estimada de 10 a 30 minutos, según la región a estudiar.

Si se administra un medio de contraste, la metodología y sensaciones pueden variar ligeramente. En estos casos, es común sentir algo de picor y ardor en la zona de inyección, o un sabor metálico en la boca. Ante cualquier reacción adversa más allá de una incomodidad, hay que comunicárselo al médico con presteza. 

El examen por tomografía computarizada (TAC) implica una exposición a radiación ionizante. De todas formas, el riesgo de cáncer de las exploraciones por TC es extremadamente bajo y no se debe factorizar si un profesional médico indica la necesidad de realizar este estudio. También hay que tener en cuenta que la sensibilidad a la radiación varía según la edad, y en general el público adulto se considera menos afectado.

Más allá de estas aclaraciones, hay que tener en cuenta que los riesgos pueden variar si se requiere la administración de un medio de contraste, si se está embarazada, si se tienen problemas renales severos, si se está recibiendo quimioterapia y otras particularidades. Ante cualquier duda, ponte en contacto con nosotros. 

Una vez realizado el estudio, se subirán a nuestro Portal del Paciente las imágenes obtenidas en formato online. También se pueden conseguir en CD o USB por un ligero precio adicional. El informe médico emitido también estará a disposición del usuario a través del Portal del Paciente.