La preparación para una RM depende de la necesidad (o no) de aplicar un contraste por vía intravenosa, las particularidades del paciente y las regiones anatómicas a estudiar, entre otras cosas.

Como recomendaciones generales, es aconsejable comentarle al profesional en salud si se padece ansiedad, claustrofobia u otros sentimientos negativos asociados a la realización de este estudio. En estos casos, puede recomendarse la administración de un fármaco calmante o la realización de la prueba en una resonancia magnética de tipo abierto.

También es importante comentar si se posee cualquier objeto metálico o no natural en el interior del cuerpo, como válvulas cardiacas artificiales, desfibriladores, implantes cocleares, articulaciones artificiales, stents y más. Es posible que el procedimiento o el tipo de prueba varíen en estos casos.

Por último, en caso de que se requiera la inyección de un medio de contraste por vía intravenosa, es necesario comunicar cualquier reacción adversa o alérgica experimentada en el pasado. También hay que comentar si se presentan enfermedades renales o se está en diálisis, pues puede que no se pueda administrar el contraste en esos casos. 

Al comenzar, el técnico en resonancia magnética colocará al paciente en una camilla movible, tras haberse quitado su ropa y puesto una bata apta para la realización del estudio. Es posible que se utilicen medios de sujeción, pues es muy importante mantenerse quieto y en la misma posición durante la prueba (a menos que se indique lo contrario).

El resonador de RM cerrada cuenta con un electroimán cilíndrico, que tiene la apariencia de un donut angosto, una mesa exploratoria y un puesto de control. Una vez se ha colocado el paciente en la posición adecuada, los imanes producen golpeteos repetitivos, ruidos fuertes y otros sonidos, por lo que puede que se entreguen unos tapones para que el proceso sea menos molesto. Más allá de la incomodidad de tener que permanecer inmóvil en una camilla algo fría, esta prueba no genera ningún tipo de dolor físico.

La resonancia magnética (RM) tiene una duración estimada de  20 a 60 minutos, aunque puede variar mucho dependiendo de la región anatómica que se vaya a estudiar. En general, el paciente tiene a su disposición un intercomunicador para comentar con el técnico cualquier sensación o inquietud.

El procedimiento general de una RM abierta puede variar a lo descrito. También se ve algo modificado si se requiere la administración de contraste o cualquier otra particularidad.

La resonancia magnética no emplea radiación ionizante y no se ha demostrado ninguna reacción adversa en situaciones de normalidad tras su realización. Solo puede haber ciertos problemas si se poseen implantes metálicos, a la administración de anestésicos o al medio de contraste (cuando se requieran), aunque no es lo más común.

Tras la prueba, un profesional en la interpretación de imágenes por resonancia magnética (radiólogo) evaluará tus resultados. Tanto las imágenes obtenidas como el informe médico estarán disponibles para la visualización en nuestro Portal del Paciente. Si se desea, también se pueden adquirir en formato CD o USB.